6 de abril de 2007

Ciudad hanseática libre de Bremen


Hoy con mucho orgullo y alegría oí decir a mi hermano "ya estoy en Bremen, todo bien"... una llamada telefónica proveniente de cientos de kilómetros y un mar de por medio trajeron a mi memoria la sensación de sentir hogar en cualquier parte que uno esté mientras la familia siga en la cabeza y el corazón.

Después de pasar por la experiencia de vivir fuera del país, descubrí que uno mismo se construye el hogar con lo que mejor tiene a mano, que usualmente es uno mismo y los amores que conservas.

Mi hermano se fue a perseguir su sueño y lo admiro por eso. Le deseo el mejor de los éxitos y no dudo que lo conseguirá si se esfuerza lo suficiente como es su costumbre. Su llamada me trajo un encontronazo de sentimientos, de alegría y tristeza. Alegría por saberlo donde quiere estar y tristeza por no verlo tan seguido, al menos no "presencialmente" (bendito skype).

Salud por Mario y su aventura en la germana ciudad de Bremen, que resulta tan larga como su anhelo de estar ahí. Salud por Conny, que todo resulte como esperan.